LLegamos al final del camino. Encaramos la última etapa con bastante excitación. No lo comentamos mucho entre nosotros, pero hay cierto gusanillo que pasa por dentro de nosotros. Es una sensación de cierta inquietud, de cierto nervio. Tenemos ganas y el deseo de llegar, ya que hemos superado horas de caminar y kilómetros en nuestros pies. Se mezcla con las heridas en nustros cuerpos y con nuestro cansancio. Como todo ser humano, el saber que la meta está tan cercana nos produce todo esto.
Nos despertamos como siempre, Noe y yo a las 6: 30 y el resto a las 7:00 h. Después de preparar nuestras mochilas, nos cuesta encontrar un bar para realizar nuestro sacrosanto almuerzo diario de café con leche y tostada. Hacemos luego nuestra última foto desde el punto de salida, al lado del concello (ayuntamiento), y encaramos el camino. Como dice nuestro resumen de etapa: "veinte kilómetros tan sólo frente a los 114 desde Sarria a Santiago". Por una pista de hojarasca nos hemos adentrado en un bosque de eucapliptos de los más bellos del camino con carballos y eucaliptos. La lluvia ya hace acto de presencia sobre el kilómetro 3 y no nos abandonará hasta el final. Pasamos por dos subidas nada agradables hasta Lavacolla con un paisaje también precioso. Y aquí empieza el desastre: la lluvia arrecia, mojados, calados, encaramos 5 kilómetros interminables hasta el Monte de Gozo con repechones no duros pero sí constantes. Estamos ya desperdigados: Fer y Chuqui en la delantera; llegamos más tarde Bea,Anna, Pol y Fede totalmente calados y realmente fastidiados; luego Noe, la familia Borrego y Jose Mª y Paula. Descansamos unos 10 min. y volvemos al ataque. No para de llover pero estamos a 5 km y puede más nuestras ganas. En la siguiente entrada os explico.Fede
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